domingo, 27 de mayo de 2012

Salvados- Más allá del ladrillo

Mi mayor alegría sería que nuestros políticos dejasen sus poltronas,  que solo utilizan para calentar y que tengan una oportunidad de emplearse en la ONCE que con toda seguridad sabrá complementar sus limitaciones con cursos especializados para videntes. Lo  que seguramente será un hándicap es su capacidad cerebral para desarrollarse en estos cursos.
En sus puestos podríamos poner a economistas, ingenieros, abogados y otros técnicos con un buen currículo y sin enchufe que sepan aprovechar la materia prima que obligamos a emigrar en este país dejando la investigación y que son recibidos en Alemania con los brazos abiertos









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