lunes, 19 de marzo de 2012

Llega a Siria una misión de observadores de la ONU y de la OCI


Hay un fresco rio que fluye  sin pausa
Baja silencioso y baña la tierra
Nace en mil barracas, en humildes casas
Miles de afluentes se unen a su paso
Ese rio inmenso que sigue creciendo
No calma la sed, no refresca el alma
Es un rio frio, de vidas perdidas
De labios cerrados, de llantos, de heridas
Un  rio de sangre, de odio, de injusticia
Pero no hay problema, los observadores
Regresan a Siria, y no pisan la sangre
Negocian, debaten, discrepan, aplauden
Y luego se marchan.
El rio discurre denso pegajoso
Bañando la tierra baja silencioso
Y siguen los llantos besando los labios
De niños sin brazos sangrando, sangrando

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