Hay deportistas inmensos como Pau Gasol, Roger Federer y Nadal. Deportistas que lo dan todo en la pista haciendo que el público disfrute hasta el clímax.
No todos los deportistas son así, los hay que no saben reconocer sus derrotas y la envidia les envenena lentamente, recurriendo a calumniar a los que deportivamente ocupan los primeros puestos, tratando de vencerlos con su ponzoña y su bilis
Estos deportistas que injustamente son atacados saven ganar y además saben perder y llorar en la pista, saben reconocer la superioridad de su adversario y terminar con un abrazo que culmina el espectáculo haciendo de el una obra de dioses, deportistas que saben emocionar a sus seguidores que tienen todavía vida interior y no han sido embrutecidos en este mundo de hienas.
No todos los deportistas son así, los hay que no saben reconocer sus derrotas y la envidia les envenena lentamente, recurriendo a calumniar a los que deportivamente ocupan los primeros puestos, tratando de vencerlos con su ponzoña y su bilis
Por eso toda la basura que pueda salir de una editorial o de la boca de un asno, lo único que puede provocar en quién en alguna ocasión contemplase una batalla de titanes como las que estos seres superiores nos han dispensado, lo único que provoca es indiferencia y nauseas.
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