Los trabajadores tenemos que tener conciencia de trabajadores indistintamente del país en el cual residamos.
Un trabajador que no reacciona ante la explotación laboral de otro trabajador no se merece otra cosa que el ser explotado.
Estamos viviendo una etapa en que los empresarios están tratando de eliminar muchos derechos laborales conseguidos tras años de presión y postura consecuente y debemos vernos reflejados en los obreros o esclavos de otros países.
El consumir productos de empresas que tienen proveedores en países que explotan y esclavizan a los trabajadores nos convierte en cómplices de los explotadores.
Las empresas están para ganar dinero pero tienen que tener un código ético porque de otra manera terminarán por comerciar con órganos de niños secuestrados.
No todo está justificado por los beneficios y nosotros los consumidores tenemos que comprar con criterios éticos y castigar no solo la falta de calidad sino también la falta de caridad.
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