Indignados de España, Los Ángeles, Berlín, Milán o Tel-Aviv unidos

 El movimiento de los indignados es imparable. Es un rio que crece con el aporte de indignación de miles de afluentes. Es la sed de justicia social de las gentes engañadas, explotadas  con el beneplácito de las clases dirigentes que ya no representan a sus ciudadanos. Es el grito de ¡basta ya! de los parados, de los desahuciados, de los pensionistas, de las viudas, de los funcionarios.

Esta vez la codicia de las grandes grupos financieros a roto su saco rebosante.  Mientras en el mundo millones de niños mueren en la absoluta miseria y en los países desarrollados se pierden los puestos de trabajo  contemplamos  la orgía y derroche de los que lo tienen todo, la evasión de capitales a paraísos fiscales.
 Madrid, Valencia, Bilbao o Barcelona, en España, y Los Ángeles, Berlín, Milán o Tel-Aviv son algunas de las ciudades que secundan la protesta que crecerá como el fuego sobre la paja seca combustible que es el único futuro que nos queda.

Indignados de todo el mundo se suman el sábado a las manifestaciones porque ¿quién no se da cuenta que este es un problema de toda la clase trabajadora indistintamente de su nacionalidad?

El abismo por el que se precipitan países como Irlanda, Grecia, Portugal y que está a punto de engullir a España, Italia, Bélgica nos une a todos y a todos nos hace iguales en la lucha común por el cambio del sistema

Solo hay una manera de terminar con la crisis y es evitar que sigan los de siempre dirigiendo las riendas de este caballo extenuado.

Esta lucha será tan larga y dolorosa como nosotros queramos, pero ya no tiene marcha atrás