El noruego Anders Behring Breivik, autor confeso del asesinato de 77 personas el pasado verano en Oslo y en la isla de Utoya, alegará que actuó "en legítima defensa"

Solo se siente el silencio donde todo eran sonrisas
Nos llenamos del vacío que nos queda tras su ausencia
Nos han borrado sus vidas, su recuerdo permanecen
Pero no nos han robado sus proyectos, sus anhelos
No segarán la semilla aunque pisen el centeno
Sus ideales perduran, sus ilusiones no mueren
Germinaran con el llanto de los que tanto les quieren
No apagaron sus sonrisas, ahora lucen en el cielo
Sus manos son nuestras manos, sus sueños son nuestros sueños
Su noches son nuestras sombras y su recuerdo el consuelo
El universo infinito que tiene un principio eterno
Con este adiós prematuro veo que se está expandiendo

Su asesino no merece ni un lugar en el recuerdo
que se esfume en una carcel, que se pierda en el silencio